Más fácil de pronunciar que de escribir, Eckmühl fue diseñado gracias a la generosidad de una mujer: la marquesa Adélaïde-Louise d’Eckmühl de Blocqueville, hija del mariscal Davout. Se construyó entre 1893 y 1897.
Sucedió al antiguo faro de Penmarc’h, cuyo alcance se había vuelto insuficiente para indicar a los barcos el cabo más suroccidental de Finistère.
Fabricado en kersantita de Brest -un tipo de granito- en el exterior y en opalina en el interior, dispone de una luz blanca que puede verse hasta 50 km. Es uno de los faros más notables de Francia y Europa, y uno de los pocos faros costeros franceses abiertos al público.
Hay que subir 290 escalones para llegar a la pasarela de la cima.
Al final de esta escalera de caracol, que puede marear y dejar sin aliento hasta al más atlético, le espera una vista excepcional de 360°.
Después del esfuerzo: ¡la comodidad! A los pies del faro, encontrará numerosas creperías y bistrós para reponer fuerzas.
Faro de Eckmühl - Penmarc'h
Faro de Eckmühl - Penmarc'h 












